Las cifras sobre el acceso a la educación, particularmente niñas y jóvenes; y en zonas de conflicto donde se genera desplazamiento y movilidad, son alarmantes. Más de 262 millones de niñas, niños y jóvenes no pueden ir a la escuela. De ellos, la mitad, 132 millones son niñas entre 6 y 17 años no asiste a la escuela. Las adolescentes en zonas de conflicto tienen un 90% más de probabilidades de no acceder a la escolarización. Una de cada cuatro niñas declara que nunca se sienten seguras al utilizar los aseos de la escuela. Anualmente hay 7,3 millones de partos de adolescentes menores de 18 años de los cuales 1,1 millón se dan entre niñas menores de 15 años. Cada año 12 millones de niñas son casadas antes de cumplir 18 años. 650 millones de mujeres han sido forzadas al matrimonio infantil. Más de una de cada tres, antes de los 15 años.
El pasado miércoles 18 de septiembre, Entreculturas presentó el nuevo informe rojo de la entidad, ‘Seguras para aprender en libertad‘, en el marco del relanzamiento de la campaña ‘La Silla Roja‘, coincidiendo con la vuelta al nuevo curso escolar. En una rueda de prensa celebrada en el madrileño Centro de Formación Padre Piquer, fue presentyado el trabajo de análisis de esta publicación que ilustra y promueve el modelo de educación defendido como herramienta de protección y empoderamiento de las niñas y mujeres en el mundo. En muchos de los lugares, la situación de violencia generalizada produce desplazamiento y éxodo de población con necesidades de refugio y protección.
El acto fue abierto por los directores de Entreculturas, Daniel Villanueva sj; y de Colegio Piquer, Luis Alberto Rodríguez, que centraron el discurso en la importancia de la educación como herramienta de desarrollo y de creación de espacios seguros; espcialmente en lugares donde no existe acceso a la escuela y donde la igualdad no se concibe en ningún ámbito social.
A continuación, la mesa redonda se formó por cinco mujeres que reivindicaban los plenos derechos para niñas y jóvenes de acceder a sus sueños en muchos lugares donde ven restringidos sus derechos. Raquel Martín, directora de comunicación y relaciones institucionales de Entreculturas, presentó a Kim Chivalán, la joven indígena guatemalteca que se ha convertido en emblema de la lucha por sus derechos. «En guatemala a las niñas se les niega la educación por el simple hecho de ser mujer. Tras tener que dejar el colegio, dentro de mí, tenía el deseo de seguir estudiando. Así que estudio casi a escondidas, porque la sociedad es muy machista y no hay igualdad de oportunidades para jóvenes como yo». Junto a ella, Irene Ortega, coordinadora de Ciudadanía Global, presentó el nuevo informe, recalcando las peticiones al gobierno para que recupere inversión en cooperación internacional, educuación y prevención de violencia hacia niñas; y cumplir con los acuerdos internacional de desarrollo sostenible y migraciones.La mesa la completaron la cantante Rozalén y Beatriz Romero, que pudieron conocer de primera mano el trabajo de Entreculturas en Guatemala y apoyan estas iniciativas. Rozalén cantó dos de sus canciones más conocidas junto a Kim, que concretó: «Yo también dibujé una puerta violeta en la pared cuando