La semana pasada, los líderes de la Unión Europea y el primer ministro de Turquía diseñaron un acuerdo para poder devolver a todas las personas que lleguen a Europa a Turquía. Por cada persona siria devuelta a Turquía, se trasladaría a una persona siria desde este país a Europa aunque cuándo y cómo ese reasentamiento tendría lugar es absolutamente incierto. El resto de personas migrantes y refugiadas procedentes de otros países que lleguen a Grecia se devolverían sin más a Turquía.
Este plan supone devoluciones colectivas y tratar a las personas que huyen de la guerra y de las migraciones forzadas como monedas de cambio. Además, vulnera los derechos humanos y el estado de derecho en Europa.
No se trata de una crisis de refugiados sino de una crisis de Europa. Lo que se pone en juego con la firma de este acuerdo son los valores y la identidad europea. España y Europa tienen los medios para ayudar a estas personas. Pedimos al Gobierno español HOSPITALIDAD en vez de hostilidad. Pedimos al Consejo de la Unión Europea MIGRANTES Y REFUGIADOS CON DERECHOS y políticas urgentes de acogida e integración en vez de miedo y rechazo al otro.
El acuerdo sería contrario al Derecho Internacional y al Derecho Comunitario y ha sido rechazado por numerosas instituciones civiles, así como por la inmensa mayoría del Congreso. Las organizaciones de Iglesia que trabajamos con personas migrantes y refugiadas nos sumamos al rechazo a este acuerdo.
El 17 y 18 de marzo, el plan se somete a la aprobación del Consejo Europeo, del que España forma parte.
Pedimos al Gobierno español que no apoye la ratificación de ese acuerdo y defienda: