Tras la presentación a medios el pasado 14 de enero, representantes de las Plataformas Apostólicas Locales se reunieron en la Casa San Ignacio de Madrid para celebrar su primera reunión conjunta. Poco después de que en el colegio Círculo de Burgos se realizara un taller de sensibilización con estudiantes de 3º de ESO.
Representantes de diversas Plataformas Apostólicas Locales y Territoriales (PAL/PAT) celebraron el viernes 5 de febrero su primer encuentro en torno a Hospitalidad. Durante la reunión, en la que participaron unas 40 personas, se trató el contexto en el que la Compañía de Jesús articula esta respuesta de Hospitalidad, además de los aspectos prácticos de la campaña.
En primer lugar, Pablo Funes, responsable del trabajo en cooperación internacional de Hospitalidad, expuso la complejidad de las causas que obligan a la gente a abandonar sus hogares. También presentó el trabajo que se hace en los cinco proyectos que apoya Hospitalidad fuera de nuestras fronteras: Europa, Líbano, Nador, Sur Sudán y República Democrática del Congo. A continuación, Cristina Manzanedo, responsable de Incidencia de la campaña, habló de la importancia de visibilizar a las personas refugiadas que ya están en España, explicó los perfiles de población más habituales y las mayores necesidades que presentan: facilitar el acceso a la vivienda, orientación y defensa jurídica, integración educativa, integración económica y apoyo psicosocial.
Por último, los asistentes se dividieron en cuatro grupos de trabajo para concretar el trabajo de cada área y Alberto Ares sj, delegado del Sector Social, presentó la apuesta de Hospitalidad por construir desde lo local y apoyar desde los representantes de cada línea de trabajo.
Una semana antes, y con motivo de la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado, se celebraba en el colegio Círculo de Burgos un taller basado en la propuesta didáctica de la campaña al alumnado de 3º de ESO. Jessica y Aitziber, dos voluntarias de la delegación de Entreculturas de Burgos realizaron una presentación general de la campaña, acompañada de la explicación de conceptos relacionados con la movilidad humana y las personas refugiadas. A continuación, guiaron las actividades propuestas para jóvenes en la Propuesta Didáctica.
Con motivo de la misma fecha, las obras sociales jesuitas presentaron el pasado 14 de enero la campaña Hospitalidad. La rueda de prensa comenzó con la bienvenida por parte de Alberto Ares SJ. Su intervención se centró en explicar la situación de la crisis de refugiados que vive el mundo, la mayor desde la Segunda Guerra Mundial. Y es que las cifras son escandalosas: hay más de 60 millones de personas refugiadas y desplazadas en el mundo. La gran mayoría permanecen en países cercanos al suyo, pero la necesidad de buscar lugares seguros y con esperanza de futuro les empuja a cruzar fronteras y llegar, por ejemplo, a Europa.
El Mediterráneo se ha convertido en la frontera más desigual y mortífera del mundo. Los 3.771 muertos intentando llegar a Europa por mar en 2015 son inaceptables. Son personas a las que, tanto por el Derecho Internacional como por humanidad, es necesario proteger. El cumplimiento de este derecho pesa sobre los gobiernos, pero la ciudadanía tiene también su cuota de responsabilidad.
Del millón de personas migrantes y refugiadas llegadas por mar a Europa en 2015, 3.845 entraron directamente a España por la península y 10.900 personas han entrado por Ceuta y Melilla. Estas ciudades son hoy el principal punto de entrada de personas refugiadas a nuestro país. España se ha comprometido a traer a 19.000 personas refugiadas de las cuotas europeas, llegadas a las costas de Grecia e Italia, pero por ahora solo han venido 18.
Dani Villanueva SJ, Coordinador del Área de Cooperación de los jesuitas en España y director general de Entreculturas, resaltó la importancia de entender las causas que generan ese desplazamiento forzoso, y no olvidarnos de aquellos que aún no han podido salir de sus países. Apuntó también a “la necesidad de trabajar en este asunto de manera transnacional, vinculando origen, tránsito y destino. No podemos olvidarnos de los que no han podido escapar de los conflictos. Estamos escuchando estos días en los medios de comunicación la situación en Madaya, Siria, la que ya se llama ciudad de la guerra del hambre, donde la población está privada de comida y medicamentos. O del reciente recrudecimiento de los enfrentamientos en Sudán del Sur, del que nos alertaban nuestros compañeros el Servicio Jesuita a Refugiados y que están provocando desplazamientos desde y dentro del país”.
Por su parte Miguel González, Coordinador del Servicio Jesuita a Migrantes en España dibujó dos de las cuatro líneas fundamentales de la campaña; la acogida y la sensibilización. La acogida centrada en “cubrir las necesidades y los derechos de las personas refugiadas y migrantes desde todos los ámbitos posibles; acogida temporal, alojamiento de emergencia, en dependencias parroquiales, defensa y apoyo jurídico, apoyo psicosocial, formación sociolaboral, idiomas, acompañamiento social e integración educativa de menores”. Asimismo, la campaña quiere trabajar la sensibilización de la sociedad española sobre estos temas “para favorecer la comprensión de la realidad y prevenir el racismo y la xenofobia”.
Cristina Manzanedo, responsable de Incidencia del Servicio Jesuita a Migrantes España, explicó que la campaña está centrada “en analizar, investigar y proponer cambios políticos y reales que ejerzan el impacto necesario a favor de la justicia para estas personas. Las personas refugiadas y migrantes ya están aquí. Se quiere poner especial atención a la Frontera Sur, en las personas que ya están entre nosotros y en la falta de coordinación de la respuesta europea”.
Mariana Morales, Coordinadora de acogida de Madrid, leyó el testimonio de una familia africana refugiada en Madrid, que tras pasar por varios países, ser víctimas de mafias de tráfico de personas refugiadas y de vulneraciones de sus derechos, finalmente están en comenzando su proceso de solicitud de asilo. “Es una familia vulnerable, con un hijo con discapacidad. Lo han pasado muy mal en su país, no quieren hablar de lo que ocurrió”. Esto es un reflejo del estado psicológico en el que llegan las personas refugiadas, desorientadas y con miedo a hablar.
Finalmente, se escuchó el testimonio de Issam Ouzifi, marroquí afincado en Madrid que realiza labores de traducción con personas refugiadas sirias que llegan a Madrid. Es un claro ejemplo de la importancia de acoger y acompañar a estas personas en algo tan fundamental como el idioma.
Desde su fundación, la Compañía de Jesús puso entre sus prioridades la atención a los más necesitados. San Ignacio fundó en Roma instituciones de acogida a prostitutas y personas sin hogar. Ya en el siglo XX el P. Arrupe fundó en 1980 el Servicio Jesuita a Refugiados conmovido por los refugiados vietnamitas que huían de la guerra de su país en barcazas miserables. En 2008, la Congregación General 35 reafirmó que la atención a las necesidades de los migrantes y refugiados debería continuar siendo una preferencia apostólica de la Compañía de Jesús.