Viajes de esperanza: nace MA´KWEBO

  • Armel Nya Tankoua salió de Camerún en 2004 y ha fundado en Sevilla Ma´kwebo, una asociación con la mirada puesta en los jóvenes africanos.
  • La Asociación Claver ha compartido su camino: «deseamos siga creciendo y contagiando su ilusión, además de ofrecerle todo nuestro apoyo”.

En junio ha nacido Ma´kwebo, una asociación con la mirada puesta en los jóvenes africanos y sus rutas hacia Europa. Ma´kwebo apoya, en Camerún, la educación y formación de jóvenes, así como proyectos de desarrollo agrícola. En España, la asociación ayuda a conocer y comprender la realidad del continente africano.  La asociación pone también en valor las tradiciones ancestrales africanas, con el objeto de compartir tanto las dificultades como las riquezas y valores de este gran continente.  

Su presidente es Armel Nya Tankoua. Salió de Camerún en 2004 y entró a nado a España a través de Ceuta en agosto 2007, después de 3 años de un largo viaje lleno de peligros, dolores y sufrimientos, pero también de experiencias de fe y vida. Armel hoy vive y trabaja en Sevilla y tiene nacionalidad española, está casado con una sevillana y tienen tres hijos.

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Desde la Asociación Claver, afirman: «Ya son varios años que conocemos a Armel. Ha sido un camino de compartir experiencias, espacios de formación y apoyo mutuo en muchas actividades conjuntas. Hemos sido testigos privilegiados de su historia y del modo tan humano de compartirla, para sensibilizar a nuestra sociedad adormecida por las comodidades y el consumo. 

Desde esta cercanía, hemos podido acompañar también la preocupación por los jóvenes africanos que como él han vivido o viven situaciones extremas dentro de sus proyectos migratorios o, por la situación que vive sus compatriotas en su pueblo de origen. Preocupación que ha logrado concretar con la iniciativa solidaria Ma´Kwebo y por la que le felicitamos y deseamos siga creciendo y contagiando su ilusión, además de ofrecerle todo nuestro apoyo”.

Sobre el origen de la asociación, Armel declara:Desde pequeño, mi sueño fue poder cuidar de mi familia, sacarla de la miseria, conseguir que al menos un día de su vida conocieran la felicidad plena y tuvieran una sonrisa plena. Este sueño siempre ha sido mi motor, mi gasolina. Es el sueño que me hizo salir de mi tierra y me empujó hacia un camino que duró tres años y me trajo a España, donde vivo ahora. Un camino en el que las distintas facetas de mi persona encontraron pruebas. Pruebas que algunas veces rozaron lo inhumano, que nunca hubiera imaginado que podría vivir, pruebas físicas, afectivas y espirituales.

Las pruebas del camino tuvieron un gran impacto en el niño que llevaba dentro y me ayudaron a entender y captar con profundidad, las enseñanzas y valores que me habían transmitido mi padre y mi abuelo. Me abrieron los ojos, los oídos, me hicieron madurar, consiguieron que fuera más consciente, que entendiera mejor y con más profundidad la vida misma.

El viaje me ayudó a entender las enseñanzas que mi abuelo y mi padre intentaron a lo largo de sus vidas transmitirme, y que recibo como testigo. Mi abuelo me decía que debo aprender a partir mi pan con mi hermano sin esperar a que éste me lo pida. Me decía que cuando el Señor te da algo y a mis hermanos no, El no se lo está negando, sino que te está eligiendo, responsabilizándote para que seas tú quien lo comparta con ellos. Mi padre me decía que debía aprender a cuidar de mi hermano porque es el regalo más preciado que la vida y el Señor me ha dado. Y matizaba que no hablaba solamente de mi hermano carnal sino de cualquier persona que tenga a mi lado.

El camino me ayudó a entender que mi padre y abuelo no hablaban de cosas materiales, sino que me pedían que aprendiera a cuidar a los que me rodean. Y esto es lo que motiva la creación de Ma´Kwebo. Queremos, a través de esta asociación, ser un cable que una a los distintos hermanos que somos, los distintos miembros de esta gran familia humana que todos componemos, para que cuidándonos mutuamente, consigamos una gran familia en la que nadie sobra y que a nadie le sobra, que nadie falta y que a nadie le falta.

Creemos que cada uno debe conseguir su desarrollo integral, su felicidad plena desde su raíz, desde el sitio donde el Señor quiso que naciera. Creemos que todos somos miembro de una misma y única familia, y que la única alternativa para el bienestar de esta familia y de sus miembros es la solidaridad, la fraternidad y el cuidado mutuo. Mi experiencia me ha mostrado que nadie salva a nadie, sino que juntos nos salvamos entregándonos uno a otro.

Ojalá tengamos muchos hermanos con quienes compartir este camino. Se trata de sentirnos miembros de un equipo de relevos, donde nuestra misión es llevar lo más alto posible el relevo recibido y transmitirlo a los siguientes. Sentir que somos parte de un todo, pieza de un conjunto, eslabón de una cadena y que todos y cada uno somos importante y tenemos que dar lo mejor de nosotros para que todo funcione«.